El número de áreas urbanas densamente pobladas está en constante aumento. Más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades provocando así el aumento de la demanda de zonas residenciales y de infraestructuras en las zonas urbanas. Las zonas no urbanizables y zonas verdes son cada vez más escasas, con lo que también aumenta la pérdida de tierras para cultivo agrícola. Como medida compensatoria, tanto por razones urbanísticas, como desde el punto de vista climático, las cubiertas verdes se han popularizado en zonas densamente pobladas.

Por lo tanto, tiene sentido utilizar las cubiertas para el cultivo de hortalizas, frutas y hierbas.

¡Cuanto más fresco tanto más sabroso!

Una huerta urbana en la cubierta aporta grandes beneficios ecológicos. Por ejemplo, debido a la proximidad de los consumidores de estas huertas, las grandes distancias y las emisiones del transporte se minimizan. Y el recorte de distancias de transporte también significa que los productos serán más frescos y más sabrosos. Además, la propia huerta urbana aporta beneficios al edificio, ya que la plantación contribuye al enfriamiento en verano y al aislamiento térmico en invierno.